Cómo sacar el máximo provecho a un gato hidráulico

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gato hidráulico

Los coches son máquinas que requieren al menos cada cierto tiempo un adecuado mantenimiento para asegurar su buen funcionamiento, por tal motivo, contar con un gato hidráulico, especialmente un taller de mecánica, es una acertada decisión para agilizar el proceso, hacerlo de manera segura y con una máxima facilidad.

Una de las ventajas de los gatos hidráulicos es que se utilizan para acciones o recambios que requieren una gran capacidad de carga o, en algunos casos, en cargas medianas, pero que sea indispensable accionar con facilidad y mayor velocidad. Además, a diferencia de otros elevadores, estos ocupan menos espacio, pueden ser utilizados por todo el personal y también actúan a distancias considerables.

La única desventaja que se presenta al momento de utilizar un gato hidráulico bajo un vehículo es que, primordialmente, debe instalarse correctamente, pues, de lo contrario, podría ocasionar un accidente. Para evitar cualquier inconveniente, a continuación, encontraremos algunas recomendaciones para saber usarlos, sacarles el máximo provecho y encontrar mejoría a una avería de un coche.

Cómo manipular y sacar el máximo provecho

Unos de los primeros pasos que no deben omitirse es ubicar el gato hidráulico en algunas de las superficies del coche, no obstante, es apropiado tener en cuenta que debe ser en un lugar plano y que no se preste a deslizamientos, es decir, un soporte bien firme. Seguidamente, existen manuales para la manipulación de estos objetos y, por lo general, varían según la marca, así que hay que saber esta información para lograr una reparación segura.

Otro paso imprescindible es poner freno de mano al vehículo dado que, aun cuando este esté en reposo, alguna acción en sus partes internas puede desencadenar un deslizamiento. Para ahorrar un problema mayor, entonces sería ideal asegurar muy bien y luego empezar con la respectiva revisión.

Un ultimo paso para asegurar una mayor protección, es poner un neumático o tronco de madera bajo el coche, puesto que así se sostiene todo el peso y es más sencillo configurar el elevador hasta que esté en un lugar estable.

El funcionamiento de los elevadores es algo que todos deben saber, no importa si se trata de profesionales en un taller de mecánica o particulares. Una avería puede surgir en cualquier momento, por lo tanto, es una necesidad contar con una correcta preparación en cuanto a su uso.

 

De fogatas a calderas de gasoil

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calderas de gasoil

A diferencia de los animales, el ser humano no posee ningún tipo de plumas o pelaje especial que le ofrezca abrigo en las temporadas de bajas temperaturas; por esa razón, el hombre desde épocas remotas, ha buscado la manera de suplir esa falta de calor que es tan importante para la supervivencia. En la prehistoria se empezaron a utilizar las fogatas, pero en los tiempos actuales, se usan excelentes calderas de gasoil o gas.

En los orígenes del hombre, el fuego era un elemento desconocido, razón por la cual, se utilizaban pieles de animales, que por sus características y atributos, ayudaban a combatir el frío, así como también se refugiaban en cuevas profundas donde no pudieran penetrar ráfagas de viento helado. Fue un poco después, que el Homo Erectus descubrió el fuego y con éste dio un gran paso tanto para la evolución, como para la supervivencia de toda su especie.

En ese sentido, hace millones de años, era necesario buscar buenas alternativas para batallar contra el frío, originándose el primer sistema de calefacción conocido por el hombre; éste consistía simplemente en colocar varios troncos secos apilados, rodeados por una barrera de piedras, generando una fuente de calor controlada, ya que la madera se encendía y las rocas evitaban la propagación del fuego, es lo que actualmente se conoce como fogata u hoguera.

Asimismo, con el paso de los años la necesidad de generar un ambiente cálido se convirtió en prioridad para el ser humano, obligándolo a mejorar los métodos. En Grecia se ideó un sistema llamado hipocausto, que llevaba el humo caliente a través de conductos por las paredes, en la antigua Roma se crearon las conocidas chimeneas y en la edad media se perfeccionó la manera de fabricar las casas, utilizando materiales fuertes con capacidad de absorber y retener el calor.

Así progresivamente se fue evolucionando, hasta llegar a los novedosos sistemas de calefacción utilizados en la actualidad, que en su mayoría funcionan perfectamente a gasoil o gas natural y proporcionan ambientes cálidos en los hogares o locales donde se requiera. Todo esto sin comprometer la tranquilidad de sus usuarios, puesto que las calderas, por lo general, se encuentran en un espacio alejado de las personas, lo que las hace casi imperceptibles.